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-Te lo dije. -me recuerda Mikel- No me creías pero ya ves, es cierto. Venga vámonos.

 

Ahí estaba yo, delante de ese cuerpo, y aún así me costaba de creer. Lo tenía delante, Mikel insistía para que nos fuéramos de allí, pero yo no podía apartar la mirada. Yo, con los ojos como platos, y seguía sin poder creérmelo. ¿Estaba soñando? ¿Flipando con alguna droga que no recordaba haber tomado? No lo sé, lo que sí sé es que no podía moverme.

 

-Te he dicho que tenemos que irnos, es peligroso quedarse cerca. -Mikel me cogió del brazo para intentar separarme, pero no podía...- ¡Venga, que van a llegar! No nos pueden ver aquí...

Sé de lo que son capaces.

 

Estábamos en una especie de isla, o bueno, eso es lo que pensé, porque solo vi una playa y árboles, teníamos árboles alrededor. Y Mikel insistía en que nos fuésemos. Hace tiempo me contó lo que le pasó, que vio también otro cuerpo... pero yo me reí, no me lo creía, y al final ante su insistencia me enfadé con él. Ahora que soy yo la que está delante del cuerpo, no puedo dejar de mirarlo... Pero Mikel es más fuerte y me arrastra tras él. Nos sentamos entre unas palmeras enormes.

 

-Pero... pero esto... -es lo primero que sale de mi boca- no lo entiendo, no entiendo nada. -digo poniéndome la cabeza entre las manos.

 

-Ya te lo dije, es difícil, yo también me sentí así, y encima tuve que aguantar tus burlas.

 

-Pero... entonces, ¿quién soy? ¿Quiénes somos y dónde estamos? ¿Qué es esto, qué pasa ahora?

 

-No lo sé, tú eres tú, y yo soy yo, o eso parece... ¿no? ¿Te sientes diferente?

 

-No... pero...-Ya, ya, yo lo que intento es vivir tranquilo y no pensar.

 

-¿Cómo que no pensar? ¡Pero si es en lo único que pienso, en pensar! ¿Cómo puedes decir eso?

 

-No sé, ya llevo tiempo así, y al final dejas de pensar... ¿para qué?

 

-Pues para explicarlo todo... No sé, ¿no quieres saber?

 

-Claro que quiero, pero ¿qué quieres que haga?

 

-No lo sé... pero esos cuerpos... tú los viste... ¿Por qué éramos NOSOTROS?

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