ChibiCats World
Recuerdo Mortecino
Lo sé. No deberÃa estar aquÃ. Pero la verdad es que ya no sé donde deberÃa estar, no sécuál es mi lugar…
No nos hemos visto desde hace mucho, pero ya ha pasado un tiempo y creo que estoypreparada para afrontar la situación sin derrumbarme.
Solo querÃa hacerte saber por última vez que te echo de menos. Que supieras cuantasveces me hubiera gustado regresar a esas noches a solas cuando tus besos se derramabanpor todo mi cuerpo y tus ojos verdes llenos de lascivia me amarraban el corazón, una yotra vez, con promesas llenas de espinas que me arañaban la piel.
A esos dÃas en los que te abrazaba mientras dormÃas y, sin apenas darte cuenta, besabatu espalda hasta que te girabas para encontrar mi boca…
Lo sé, no deberÃa llorar…
Ya ves, al final has conseguido destrozar en pocos segundos la coraza de hierro quedurante este tiempo habÃa tejido con tanto afán para mÃ.
Y mis lágrimas… estas estúpidas lágrimas no van a hacer que regreses junto a mÃ. Si almenos me sirvieran para que entendieras cuanto te necesito a mi lado o para que latierade nuevo este sentimiento en tu corazón.
No. Ya no puedes sentir nada por mÃ. Lo sé. Pero, ¿sabes? Ya he rehecho mi vida.
Ahora tengo a gente que me necesita y que me alegra los dÃas, igual que solÃas hacer tucuando me sentÃa triste… aunque no encuentro tu sonrisa en nadie.
No encuentro a nadie que me despierte con un beso inesperado en la espalda. En todoeste tiempo, nadie ha despertado a mi lado cuando los tÃmidos rayos de sol entran,apenas un resquicio de ellos quizás, por las rendijas de la persiana e iluminantenuemente nuestros cuerpos enredados entre las sabanas.
No habÃa nadie dormido a mi lado al que pudiera acariciar lentamente, pasando losdedos por su pelo revuelto mientras hacÃa ruiditos de placer. Nadie al que besarrepetidamente, una y otra vez, para castigarlo por despertarme temprano.
Perdona que recuerde nuestro pasado juntos. Es verdad, no he dejado de pensar en tidesde que te marchaste. Supongo que soy demasiado egoÃsta. Supongo que simplementeno puedo aceptar que hayas cogido la mano de otra y me hayas dejado sola.
Y ahora, te miro y solo veo al hombre que amé sujetando con fuerza la mano frÃa ypálida de aquella mujer a la que preferiste.
Cambiaste su mirada vacÃa y llena de soledad por estos ojos que solo veÃan amor en ti.
Cambiaste el calor de mi cuerpo por su tacto gélido y sus trémulas manos. ¿Acaso sucorazón, páramo de sombras y sosiego, era mas cálido que el mÃo? ¿Acaso su voz,apenas audible para mÃ, fue más persuasiva que mis suplicas?
Y tu silencio fue tal que me derrumbé.
Pensar en no poder oÃr tu voz de nuevo, en no tocarte… Bueno, ahora ya es apenas unvago recuerdo… Pero te dejaste una gran parte de ti en mi corazón y tú te llevaste casitodo mi ser cuando te fuiste.
No, no vengo a que me devuelvas nada. No quiero olvidar… ni siquiera ahora que nosvolvemos a encontrar.
MÃrate, ni siquiera te ama. ¿Y tú a ella tampoco verdad? Ha consumido todo tu ser y tucuerpo solo ha encontrado calor entre los besos de la tierra frÃa y húmeda y entre supecho de olor a rosas y jazmÃn.
Espero que al menos tu alma haya podido escapar de las frÃas garras de la muerte yencontrar esa libertad que tanto buscabas entre las rosas del jardÃn de nuestra casa. Esasque ahora te retienen eternamente y que renacerán cada primavera alimentándose de ti.
Volveremos a vernos la próxima primavera, cuando los rayos de sol despierten a lasflores somnolientas y las rosas tiñan de rojo el jardÃn.
Estaré esperándote cada dÃa hasta que llegue mi turno de agarrar con fuerza la gélidamano de esa nefasta mujer, que al igual que nos distancia ahora nos volverá a unir en lamuerte para no volver a separarnos.
Hasta entonces, no olvides nunca que yo aun te seguiré amando.